El modernismo y su evolución en la obra de Darío
No se puede hablar de modernismo sin la figura de Rubén
Darío. El nicaragüense fue quien unificó la corriente asimilando sus rasgos y
dándoles forma. El modernismo surgió como respuesta ante el academicismo y la literatura posromántica buscando la renovación de la literatura a través de nuevos caminos. Influidos
por corrientes europeas como el simbolismo o el parnasianismo, su objetivo será
buscar la belleza y el arte por el arte. El modernismo se conjugo en un ideario
que Darío unificó y plasmó en sus obras, pero que ya venía observándose en la
obra de escritores americanos que experimentaban y reaccionaban contra la
literatura de su tiempo.
-Búsqueda de la belleza, en especial a través de la forma.
-Musicalidad, es algo a lo que aspiran los modernistas
porque entienden la música como un arte maravilloso que pueden alcanzar a
través de su poesía. El escritor modernista juega con el lenguaje y con sus
posibilidades dándole sonoridad.
-Experimentación
-Recuperación de la métrica tradicional ya olvidada del
romancero, o versos poco utilizados como el Alejandrino etc.
-Evasión. El poeta escapa de una realidad que no le gusta a
través de la recreación de lugares exóticos, oriente, el pasado histórico etc.
-Mitología. Al ser un movimiento novedoso, minoritario y
revolucionario los modernistas, generalmente escritores intelectuales,
necesitan asentar sus obras en un ideario aceptado y reconocido como el del
mundo clásico. La mitología ofrece belleza y prestigio al mismo tiempo.
-Visión platónica del poeta. El poeta es un vate, un ser
superior al resto que puede ver la realidad de una forma distinta.
-Simbolismo. El modernismo está cargado de símbolos, algunos
muy utilizados y conocidos como el cisne.
En la obra de Rubén Darío, sin embargo, hay una gradación de
todos estos rasgos que dan sentido al modernismo. Su primera obra, Azul, es la que
inaugura esta corriente. En ella encontramos cuentos escritos en verso y poemas
como los de las Estaciones. En Azul encontramos los rasgos modernistas más
generales como la búsqueda de la belleza en la forma y el contenido. Para ello
se dejará influir por lo francés, lo refinado, el colorido, la musicalidad del
lenguaje. La finalidad de sus cuentos es establecer metáforas fantásticas a la
vez que alcanzar la ansiada belleza. En prosas profanas encontramos el punto álgido de su
estilo modernista. Es una obra cargada de simbolismos que se adentra más en la
subjetividad y el intimismo del autor con una propuesta arriesgada: la visión
del amor erótico a través de la carne. Se trata de una visión dualista en la
que la carne y el espíritu se funden simbolizados en el cuerpo femenino. En
Cantos de vida y esperanza se observa una evolución notable en la escritura de
Darío. Se trata una obra donde desaparece su estilo preciosista. El escritor
abandona su torre de marfil y se enfrenta a la realidad. Es un canto a la
hispanidad, y a la identidad de los pueblos latinoamericanos frente al
imperialismo yanqui. Se observa una búsqueda existencial por parte del autor que
parece estar desencantado por una realidad que le atormenta.
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