El DRAE define mímesis como:
En la estética clásica, imitación de la naturaleza que como finalidadesencial tiene el arte.
Desde la época clásica la mímesis formaba parte de la definición del arte. Se creía que la finalidad del arte era imitar la realidad. Platón no ve la mímesis con buenos ojos. Para él la realidad en la que vivimos en sí misma es una imitación del mundo de las ideas. Cuanto menos rechazará una imitación de la imitación.
… los poetas retratan el peor perfil del hombre, su imagen cuando está dominado por su parte más irracional y sensible, y así suscitan emociones contradictorias. De ese modo, los poetas contribuyen al desarrollo de esa parte irracional, la alimentan y la fortalecen, de manera que propician una relación jerárquica inversa entre las partes del alma y aceleran así su corrupción. […] [P]or eso, porque la educación moral del ciudadano es la base sobre la que se levanta un estado justo y en armonía, los poetas, esos poetas que la tradición ha entronado, no pueden instalarse en la ciudad ideal. Allí sólo tendrán cabida los compositores de himnos a los dioses y de encomios a los hombres buenos. […] En definitiva, la crítica de Platón a la poesía tradicional apunta a su carácter emotivo, a su estímulo de las pasiones que alimentan lo peor que hay en nosotros.
La concepción de Aristóteles en relación con la mímesis es distinta. Para él no consiste en copiar la realidad, si no en realizar una representación subjetiva de esta. Esto implica crear la realidad no existente, pero semejante a ella. La mímesis para él equivale al proceso artístico. El poeta es capaz de plasmar la realidad, pero como lo hace de manera subjetiva puede embellecerla, afearla o mostrarla tal y como es.
En el imperio romano el concepto de mímesis sigue plenamente vigente. La buena literatura es aquella que imita a los autores más reconocidos, para los latinos los griegos eran sus grandes referentes. Horacio habla del término retractatio para referirse a la imitación de los modelos grecorromanos; Horacio estalece dos posibilidades: o bien se trata un tema de su propia invención, o bien uno ya tratado que pertenezca a la tradición clásica, abogando siempre por los modelos latinos.
En el Renacimiento surge el ut pictura poesis: concepto de imitar a los autores clásicos que nace del tópico horaciano. El debate en este periodo sobre la imitación es intenso; la imitación ecléctica defiende que el mejor estilo se consigue imitando a diversos autores, frente a la imitación ciceroniana que defiende que el mejor estilo se obtiene al imitar a un único autor. Petrarca defiende un tipo de imitación que conlleva una aportación original por parte del autor.
El Romanticismo acabará con la visión de mímesis como parte esencial de la creación literaria. Surge como una fuerza artística de rebelión, en la que se ponen en duda los críterios del arte. La libertad surge como fuerza arrolladora que llevará consigo la búsqueda de la creatividad y la individualidad del autor. Frente a la imitación surgirá la defensa de la originalidad como parte necesaria en la obra artística. Esta mentalidad se mantendrá hasta nuestros días reforzada por la crítica literaria del siglo XX.
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