jueves, 13 de julio de 2017

La venganza de Orestes







Esta leyenda griega, relatada en la Iliada, cuenta la historia de Orestes hijo de Agamenón y de Clitenmestra. Tras la guerra de Troya, Paris rapta a Helena, y Menelao y Agamenón parten a la guerra. Durante esos diez años de ausencia, Clitenmestra se convertirá en la amante de Egisto. Al regreso de Agamenón, su esposa y el amante planean su muerte, lo ahorcan con una red de malla sin abertura provocándole una muerte muy desagradable.

Orestes venga la muerte de su padre

Micenas es ahora gobernado por Egisto, quien manda lejos de las tierras a Orestes. Este regresa en secreto con el objetivo de matar a Egisto y a Clitenmestra y vengar la muerte de su padre Agamenón. Orestes llega a palacio haciéndose pasar por un eólio que lleva a la reina la noticia de la triste muerte de su hijo. Una vez dentro de palacio mata a Clitenmestra, a Egisto e incluso a la hija de ambos, la joven Helena. 

La traición es un sentimiento que guarda mucho rencor y odio. La sensación de usurpación del joven Orestes y su sed de muerte y venganza no lo convierten en un héroe griego, pero si que le aporta los argumentos necesarios para desarrollar su cruenta acción. 


La influencia de la leyenda en la literatura posterior

Sin duda alguna, este mito a influido a lo largo de la literatura a numerosos autores. Entre ellos al inmortal Sheakspeare. Orestes y Hamlet, poseen características en común. Ambos son jóvenes príncipes cuyos padres han sido maliciosamente asesinados y tienen el objetivo de vengar la muerte. Sus madres mantienen relaciones con familiares cercanos, y se casan con los reyes asesinos. Ambos tienen un final trágico y son acosados por los mismos sentimientos una y otra vez. Con los sentimientos, me refiero a que ambos viven bajo la sombra de la locura que los persigue y tortura

Y pese a que ambas obras tienen claras diferencias, el hilo argumental y la influencia de la obra griega es innegable. 

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